domingo, 23 de noviembre de 2008

Moverse la silla unos a otros.



En resumen las relaciones entre IU y PSOE no tienen arreglo ni entendimiento posible y la realidad muestra que así es puesto que oscilan entre la colaboración llamazarista (que muchos en su interior llaman subordinación) y el enfrentamiento anguitista. Y muestra más esa realidad: muestra que tales relaciones se dan en el orden personal con un trasvase de militantes de una organización de izquierda a la otra, generalmente de IU al PSOE cuya vis atractiva es mucho más fuerte que la de la Coalición. Por descontado, las motivaciones de esos movimientos de trasvase que a veces son directamente personales y otras mediando algún tipo de organización que se crea ad hoc para justificar el trasbordo son personalistas.

Los tres documentos políticos presentados a la IX Asamblea Federal. Por supuesto unos deben ser mejores que otros pero entiendo que no debe haber diferencias substantivas entre ellos con lo que se explica la rapidez y unanimidad con que ha aprobado un texto consensuado. Sobre todo teniendo en cuenta que quienes hubieran podido poner alguna objeción (la corriente Espacio alternativo) ya hicieron el mes pasado lo que suelen hacer estas izquierdas: mutis por el foro dando a conocer una declaración en pro, cómo no, de la construcción de una verdadera izquierda anticapitalista. Y eso es lo sorprendente: ¿cómo estando los demás de acuerdo básicamente en las cuestiones ideológicas, programáticas, interpretativas no son capaces de designar un Coordinador General? No quiero fastidiar pero ¿tiene alguien una explicación mejor que la del personalismo, la vieja herencia comunista? Y la cosa lleva pecado porque justamente cuando el capitalismo se hunde en la que ya va siendo la peor crisis de su historia, deja todas sus vergüenzas al aire y muestra un grave déficit de legitimidad, con lo que se da una ocasión propicia para que quienes creen disponer de una alternativa justa y viable la pongan a debate y decisión de un pueblo acogotado por el desastre económico, justamente entonces los autores de la alternativa están concentrados en mirarse el ombligo y moverse la silla unos a otros.

El Zapatazo.

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