jueves, 29 de enero de 2009

LA OBJECIÓN SE AHOGA EN EL SUPREMO



Las organizaciones conservadoras pueden recurrir al Constitucional y solicitar que la sentencia del Supremo no se ejecute hasta que la máxima instancia judicial española resuelva. En ese caso, algunos alumnos podrían finalizar sus estudios secundarios sin haber cursado la asignatura. Podría darse el caso de que, si el Constitucional falla en unos años y ratifica la posición del Supremo, los alumnos (ya universitarios) se encuentren en mitad de una carrera con una asignatura de secundaria pendiente.

Si la sentencia se ejecuta ya, varios expertos coinciden en que los alumnos de padres objetores deberán cursar la asignatura si quieren obtener el bachillerato.

La batalla de momento se acabó, y por fin respira airosa la Constitución pese a que algunos impedían que se estudiara en la educación obligatoria.

Hoy el Tribunal Supremo ha dado un varapalo al integrismo católico y a la derecha rancia del Partido Popular. El Tribunal Supremo en la Sala de lo Contencioso establece por 22 votos contra 7 que no es posible acogerse al derecho a la objeción de conciencia para Educación para la Ciudadanía (EpC), confirmado así la obligatoriedad de la asignatura. La asignatura, según TS, no vulnera el derecho de los padres a que sus hijos reciban la educación religiosa y moral que deseen.

Ahora todos los alumnos tendrán la obligación de recibir esas clases de ciudadanía. Todos podrán saber de los valores de convivencia, de ciudadanía, constitucionales, europeos, globales que le serán de especial relevancia en la vida diaria del alumno.
La controversia surgió a raíz de la aprobación de la Ley de Matrimonios Homosexuales en el 2005. Esta asignatura en su temario recogía los diversos tipos de familia que existen (heterosexual, homosexual, mono parentales, con abuelos…) y por este motivo el movimiento integrista católico formado por la Conferencia Episcopal, Foro de la Familia, Hazte Oír y el Partido Popular, entre otros, salieron a la   Calle a decir calle a decir “que el Gobierno adoctrinaba”.

Miren ustedes que no soy capaz de entender ni siquiera una crítica a la asignatura porque en mis manos he tenido varios libros de EpC (de diversas editoriales) y sólo he contado dos editoriales que hablen de la familia e incluyan a las familias homosexuales. Esto tiene un trasfondo más político que moral o de creencias. El problema está que hay un sector de la población que no entiende que España no se impone el nacionalcatolicismo como fundamento del Estado, sino un Estado Aconfesional.

Fueron otros tiempos, lo del adoctrinamiento, aquellos de la Enciclopedia con el capítulo la “mujer servirá a su esposo” y esas memeces que un señor bajito y con bigote promulgaba no hace tanto tiempo; y no es Aznar, sino otro parecido. Ahora toca Educar con mayúsculas para que nuestros futuros ciudadanos con capacidad jurídica se muevan por nuestra sociedad completamente informados y ellos sean los que se formen su propia opinión con un rigor basado en la propia libertad de pensamiento. Otro batacazo a la derecha y en favor de la libertad.

El zapatazo.

 

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