lunes, 19 de abril de 2010

Sensación de hartazgo


La sensación de hartazgo se instala en Orcera, se puede afirmar rotundamente y, añadir por si fuera el caso, “no es porque el gobierno local transmita que la oposición practica el obstruccionismo, sino porque muchos vecinos tenemos esa sensación”
El trabajo de la oposición depende de la acción y de los modos del gobierno local. Si actúan aplicando su programa electoral -con el que perdieron las elecciones- -y a día de hoy, todos sabemos el grado de incumplimiento del mismo- la oposición debe exigir rigor y respeto con las normas fundamentales que regulan el funcionamiento, en todos los ámbitos, de la institución que comparten.
Si, por el contrario, el gobierno local transgrede -como está ocurriendo- esas normas fundamentales y, además, renuncia a velar por los intereses generales para primar cualesquiera otros, la oposición tiene la obligación de evitarlo.
Otra sensación: Admítase que no son una oposición incansable, ni muy batalladora, incluso, en aquellos aspectos irrenunciables para la inmensa mayoría de los ciudadanos como son: transparencia en la gestión, participación, respeto institucional, dinero público, derechos ciudadanos…
Una oposición feliz es la que limita su acción a observar con resignación, y a esperar -con resignación también- que ocurra un milagro; Pero los milagros, en este caso, sólo puede provocarlos la voluntad de los ciudadanos y, la voluntad de mejorar y de desterrar prácticas como las que ocurren en Orcera desde hace 3 años, esa voluntad, necesita información, datos, y hechos para formarse una idea de cuál es su verdadera trascendencia.
El PP pone en circulación la justificación de su propia incompetencia, y puede llegar a calar hondo. ¿Son culpables los socialistas? … No, rotundamente, no.



Esto es lo que se debe hacer:
• Pedir permanentemente explicaciones de una política de liberados políticos que se come más de un millón de pesetas mensual del presupuesto municipal.
• Advertir que determinados proyectos no resuelven los problemas que hay en Orcera, negándose la oportunidad de proponer otras opciones, a raíz de negar derechos que la oposición le corresponden.
• Hacer el esfuerzo permanente por conseguir que se rindan cuentas sobre el dinero y el patrimonio público.
• Rechazar y denunciar por todos los medios, los abusos de poder, la prepotencia y las injusticias que todo ello provoca.

Nada de todo eso impide que el gobierno local actúe de acuerdo con su programa electoral.
No hay evidencia más reveladora que la que vemos con nuestros propios ojos, la que costeamos con nuestro bolsillo, y la que sufre nuestra dignidad ciudadana como vecinos y vecinas de Orcera.

El Zapatazo.

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