jueves, 11 de septiembre de 2008

FÁBULAS DE ESOPO



El águila, el cuervo y el pastor

Lanzándose desde una cima, un águila arrebató a un corderito.

La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al máximo sus alas no logró soltarse.    

Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños.

Le preguntaron sus hijos acerca de qué clase de ave era aquella, y les dijo:

- Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.

  Pon tu esfuerzo y dedicación en lo que realmente estás preparado, no en lo que no te corresponde.

Esopo.

A veces, la estupidez del cuervo, se asemeja a la de cualquier “Ciudadano H”

Así que, “Ciudadano H.” y “Eso, eso”, aunque el camino recto de la Democracia lo marcan las Leyes, y en eso estamos; no es menos cierto que la Democracia se articula necesariamente sobre el convencimiento de los ciudadanos de que sus derechos son incuestionables. Y que solamente será posible seguir avanzando si existe una masa crítica dispuesta a defenderlos. ¿Cómo? Haciéndose visible y audible. Pese a quien pese.

Gracias a todos.

EL ZAPATAZO.

 

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