Los últimos tiempos no están siendo, en efecto, gratificantes para Aguirre. Se ha lanzado a la rebelión contra el incremento del IVA (aprobado en el Congreso de los Diputados) y se ha quedado colgada de la brocha.
La señora Fuencisla, asumiendo su papel de instigadora número uno del Gobierno Socialista, con el objetivo de conseguir se hable lo menos posible de los casos Gürtel, Mata y otros.
Sale a la palestra diariamente a vomitar todo lo peor de lo que lleva dentro, lo último ha sido el insulto a los andaluces, con las “pitas, pitas, pitas”.
No se da cuenta esta dama, que los andaluces somos muchos, la mayor comunidad de España y, con el humor suficiente para que lo que pueda decir esta señora a nosotros nos la repanpinfla, en el fondo, su cabreo radica en que en los últimos 32 años de periodo democrático, el Partido Popular no ha podido meter el morro político en la gobernabilidad de Andalucía. Además de esto, se le esta contestando como se merece en todos los medios de comunicación, como es el caso del siguiente enlace. Ni Turuleta ni Caponata… se llama “Espe”.
Por si fuera poco, las desgracias no suelen venir solas. De pronto, Eduardo Tamayo ha resucitado y se ha paseado como un fantasma por la Puerta del Sol, en la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
Aparece Tamayo en la palestra,(Diario El Mundo, Clic) recordando en voz alta que Eduardo Romero de Tejada también existe. ¿Vuelve siempre el criminal al lugar del crimen? ¿Por qué ha reaparecido Tamayo? ¿Es una amenaza o un chantaje? ¿O una forma de pasar cuentas a ciertos deudores?
A la insaciable de poder doña Espe le pierde con frecuencia su osadía y su desmesurado egocentrismo y, algún día, recibirá el espíritu del refranero español, en forma de lengua de fuego que le ajustará las cuentas, todas, de su pasado político, me refiero que: “A cada gorrino le llega su San Martino”.
Hay un cierto empacho ciudadano y, a la lideresa, parece tener demasiada fatiga y de demasiados excesos. Y veremos qué ocurre con Tamayo.
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