viernes, 20 de agosto de 2010

John Maynard Keynes


EL PADRE DE LAS POLÍTICAS SOCIALDEMÓCRATAS
Los trabajos preparatorios de Keynes (1883-1946) que convergen en la Teoría General estuvieron marcados por la necesidad de encontrar una solución, compatible con el mantenimiento del sistema capitalista, para la crisis generalizada del sistema. Fueron parcialmente el fruto de un amplio trabajo colectivo y dieron lugar a elaboraciones colectivas e individuales que culminaron en corrientes keynesianas diferentes.
En 1926, en su ensayo titulado El final del laisser-faire, afirmaba, refutando a Adam Smith: «No es correcto de ningún modo deducir de los principios generales de la economía política que el interés personal debidamente entendido obra siempre en favor del interés general ».
En los años veinte, Keynes atacó la política del gobierno conservador dirigido por Winston Churchill. Se opuso a la política liberal, que había desencadenado una huelga de mineros y posteriormente una huelga general en 1926.
Desde ese momento defendió una política de fuertes inversiones públicas. En 1929 fue nombrado por el gobierno laborista, surgido de la derrota de conservadores y liberales, miembro de la Comisión McMillan, encargada de estudiar la situación económica. En 1930 sería consejero del mismo gobierno. La crisis económica, que se acentuó tras el crash de Wall Street de 1929, lo condujo a elaborar un análisis del empleo, del interés y de la moneda que refuerza su convicción en favor de una intervención activa de los poderes públicos. Para suplir la insuficiencia de la demanda, estos deben aumentar sus gastos y relanzar así la economía y el empleo.
Para Keynes y sus partidarios, la causa última de la gran depresión era el hundimiento de la inversión. Para Keynes era necesario desarrollar el consumo y la inversión mediante una fuerte intervención pública. Para Keynes había que subir los salarios para estimular el consumo.
Keynes opinaba que se debía desarrollar una política que redujera al mismo tiempo una tasa de desempleo muy elevada y una distribución muy desigual de los ingresos.
Las posiciones de Keynes encontraron una aplicación práctica en diferentes regiones del mundo hasta los años setenta y siguieron influyendo en numerosos economistas tales, como Samuelson, Galbraith, Tobin, Prebish.
Con la aplicación de estas ideas económico-políticas se ha creado el estado de bienestar en Europa y otros países del mundo, al que los españoles hemos llegado con cuarenta años de retraso y de un modo muy incipiente, de manera que con esta crisis económica global y, las políticas neoliberal-capitalistas que se nos están imponiendo, más que fortalecer el estado de bienestar, lo que intentan conseguir es finiquitarlo.

El Zapatazo.

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