
CRÓNICA TAURINA
Dos fines de semana de conversaciones para la corrida.
1º) Día 21-10-2007.
Por la mañana, reunión en la peña taurina el Burladero, Belmonte y Chicuelo con sus correspondientes apoderados, con el objetivo de comprobar los acuerdos para la corrida.
2º) Día 21-10-2007.
Por la tarde, reunión en casa de Chicuelo, con su apoderado y Alcañíz su peón de confianza, para informarle del camino a seguir en adelante.
3º) Día 22-10-2007.
Por la mañana, reunión en la institución taurina, Chicuelo y Belmonte, con sus correspondientes peones de brega, Alcañiz y Maliquín. No hay acuerdo entre la terna taurina.
4º) Día 23-10-2007.
Por la mañana, en la institución taurina, sin la presencia de Chicuelo y Alcañiz,
Belmonte da la orden a Maliquín para que coja las llaves de los toriles y se haga cargo de la situación. Si hay algo que firmar, que firme.
5º) Día 24-10-2007.
Por la mañana, se reincorpora Chicuelo a la institución taurina, y ordena que le devuelvan las llaves, para eso es el dueño de la plaza y no esta dispuesto ha ceder los trastos a nadie.
6º) Día 28-10-2007.
Por la tarde, reunión en casa de Chicuelo, primer espada, con su apoderado y Alcañiz peón de confianza, para marcar la estrategia en el reparto de los toros.
7º) Día 28-10-2007.
Por la noche, reunión en el restaurante del Paseo de Canaletas, la otra cuadrilla, Belmonte y los suyos, toman el aperitivo con el mismo objetivo.
8º) Día 29-10-2007.
Por la mañana, cita en la institución taurina, de Belmonte y su cuadrilla, a la de Chicuelo y la suya, estos últimos no acuden, deben de estar muy molestos por las cosas que están sucediendo. Compás de espera y el tiempo apremia. Pues si no hay sorteo o reparto, la corrida peligra.
9º) Día 30-10-2007 Por la mañana, última reunión otra vez en la institución taurina, de las dos cuadrillas, asiste algún peón de confianza más, para intentar poner paz, pero no sirve de nada. Las posturas enfrentadas. Alguien pide más dinero, pues su trabajo lo merece y es justo reconocerlo. Esto se ve con malos ojos, y Belmonte con Chicuelo, no firman ningún acuerdo.
La corrida languidece y peligra su futuro, si no llegaran a acuerdo, el suspenso se merece.
Aunque lo normal, es que suceda al final lo que decía “Guerrita”, cuando un toro salía suelto y enbenenao, el peón de confianza, salía corriendo a por el, y Guerrita le decía:
Dealo dealo maliquín, que la plaza es redonda y el volverá.
El cronista: Chín Pun