lunes, 5 de mayo de 2008

LA LEY ES DURA



¿La ley es dura?

A veces sí, así lo entendemos los seres humanos; Pero no porque la ley sea dura o no, sino porque nuestros posicionamientos personales y por consiguiente nuestras decisiones e incluso actuaciones, en determinados momentos son contrarios a los de la ley.

En nuestro sistema democrático y por consiguiente en nuestro ordenamiento jurídico, las leyes están hechas para la generalidad, en términos de igualdad y sobre todo con la obligación de acatarlas y cumplirlas. Con las leyes, adquirimos los derechos y las obligaciones, ello nos faculta para exigir nuestros derechos y a la vez nos exige cumplir con nuestras obligaciones. Los que no cumplen con la ley, se convierten en ilegales.

A nuestro entender, todo ciudadano tiene la obligación de cumplir las leyes y, a la vez disfrutar de los derechos que le confieren, esa y no otra es la razón de ser de la convivencia democrática; Pero sobre todo, en momentos de responsabilidad directa, al ser los administradores de la misma con respecto de los administrados, hay que tener un especial cuidado para saber, que de su justa aplicación revierte en todo administrado la justicia y, de su mal uso la injusticia.

De la aplicación con justicia obtenida, el ciudadano siempre tiene una respuesta plausible, por el contrario, cuando recibe una aplicación de la ley injustamente, la respuesta lógica es la crítica y denuncia de los hechos acecidos en esos términos.

Es razonable, que llamemos a todos los ciudadanos al cumplimiento de las obligaciones legales; Pero debe ser una exigencia mucho más razonable para que la cumplan, aquellos que tienen la responsabilidad de aplicarla, recordándoles la frase: DURA LEX SED LEX

DURA ES LA LEY; PERO ES LA LEY.

EL ZAPATAZO.

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