domingo, 25 de abril de 2010

Apoyos a Garzón: La dignidad de los que están en las cunetas, que no la vida.


DRAE: Dignidad
1. f. Cualidad de digno, que se comporta con decoro y se hace respetar:
lo he perdido casi todo, pero conservo la dignidad.



Ellos, los que todavía están en las cunetas, los que no han podido ser reconocidos, enterrados y rehabilitaos dignamente por sus familiares, ¡ELLOS!, lo perdieron todo, incluida la vida, no conservaron ni su dignidad ni su vida y, esa dignidad que sus familiares intentan recuperar después de décadas, que no la vida, (la cual les fue arrebatada con la mayor deshonra, indignidad y vileza, solo por ser defensores de la constitucionalidad del sistema de gobierno de aquel momento), encontraron recientemente después de tanto tiempo de paciente espera, la posibilidad de reconocer y dignificar la memoria de sus antepasados, asesinados por la dictadura franquista, a través de las decisiones de la persona y juez D. Baltasar Garzón Real.
Causa esta, impregnada hasta la medula de recuerdos humanos y sentimientos de amor familiar, han querido recordarla sus familiares en vida, a través del apoyo a Baltasar Garzón, exigiendo la rehabilitación de la memoria de sus familiares. No le parece bien a la derecha, a ese segmento de la derecha todavía identificada con el franquismo, esa derecha que no ha sido capad de condenar la dictadura, que practica la comunión diaria con su historia y, pretende con desvergüenza política supina, que los demás comulguemos también con esa rueda de molino.

El juego de pesos y contrapesos constituye la base de la democracia. No nos guiamos por la ley del más fuerte sino por las normas de un estado de derecho
Dos ejemplos:

¿Ahora, España vida sí? Sin memoria sobre las cifras de asesinados y desaparecidos sepultados en las cunetas de la España franquista.

Cuando “ellos”, los ganadores, “todos juntos”, (Caverna mediática, políticos de PP, falangistas, sindicato manos limpias, asociaciones pro-vida, obispos…) se manifiestan, está muy bien, al parecer están amparados todavía por la ley del más fuerte y, sobre todo por las leyes divinas.


Cuando “otros” los perdedores, se manifiestan, utilizando las mismas normas del estado de derecho, algunos dicen:
Ya le pasó a Bonaparte Aznar, estadista de las Azores, cuando vociferó con ira contra los manifestantes contrarios a la participación de España en la guerra de Irak. Se quedó muy gusto con su arenga contra los “pancartistas izquierdosos” definiéndonos como

“esos progres trasnochados que ladran su rencor por las esquinas”. (Tratamiento de perros rencorosos) Ahora, Esperanza Aguirre, otra que saca su vena integrista y sectaria a las primeras de cambio como su ‘simpático’ jefe, ha calificado a los asistentes a la concentración de apoyo al juez Baltasar Garzón por su procesamiento por investigar los crímenes del franquismo de

“aquelarre de carcamales resentidos”. (SIC) Inaceptable, la indignidad de esta marquesa y su antiguo jefe.

Para qué más ejemplos.




El Zapatazo.

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