miércoles, 6 de febrero de 2008

El dedo en la llaga



El día a día de Javier Ortiz.

Los señores obispos matizan: ellos no sostienen que sea moralmente reprobable dar el voto a un partido que haya “dialogado” con terroristas; lo inaceptable –dicen– es votar a un partido que haya “negociado políticamente” con terroristas. Se ve que sus eminencias estaban pensando en el Gobierno de Adolfo Suárez, que negoció la desaparición de ETA político-militar concediendo a sus integrantes contrapartidas políticas. Porque, que yo sepa, los demás gobiernos de España han hablado con ETA de todo un poco (en Argel, en Zúrich, en Bayona, en Escandinavia, en Santo Domingo…), pero sin llegar jamás a nada concreto.

De todos modos, ¿quién establece dónde termina el mero diálogo y empieza ya la negociación política? ¿La Conferencia Episcopal?

Durante años tuve en la pared de mi despacho una vieja fotografía –muchos estudiosos de la Guerra Civil la recordarán– en la que se ve a varios generales y oficiales franquistas posando en la entrada de una catedral acompañados de unos cuantos obispos y clérigos que levantan el brazo (los obispos y los clérigos, no los militares) haciendo el saludo fascista. En total hermandad. Nadie puede acusar a la jerarquía católica española de entonces de haber negociado políticamente con una banda de golpistas criminales: se echó en sus brazos por puro amor, sin negociar nada. Pero, en cambio, el Vaticano sí negoció, y mucho, y muy políticamente, con las autoridades del III Reich. ¿Será inmoral votar a un partido que se lleva a partir un piñón con una Iglesia que negoció políticamente y colaboró con un régimen genocida?

He conocido a lo largo del tiempo a muchos curas, e incluso a varios obispos. Sé que entre ellos hay de todo: desde gente excelente y entregada a las causas más nobles hasta personajillos repulsivos, a quienes, si les das la mano, lo mejor que puedes hacer es ir a lavártela cuanto antes. No generalizo.

En castellano, la palabra “anticlerical” tiene dos posibles sentidos. Es anticlerical quien se enfrenta al clero en masa, sin distingos. No es mi caso. Pero también se define como anticlerical a quien rechaza que el clero trate de condicionar los asuntos políticos. Ése sí es mi caso.

TRANSCRITO. EL ZAPATAZO

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Son unos hipócritas, ellos eligen y contratan a los maestros de Religión y el gobierno les paga su sueldo. Si alguno les sale revolucionario y contrario a su doctrina, son ellos los que le despiden. ¿conocen ustedes a algún maestro de Religión? ¿piensan que han optado a su plaza con la misma igualdad que otros? ¡VENGA YÁ!

Anónimo dijo...

Si gana las elecciones el Partido Socialista, debería plantearse sacar las clases de religión de las escuelas. Si se quiere adoctrinar, que se haga en las iglesias y que lo pague el que quiera de forma privada. Y que utilican los púlpitos para arengar a los fieles contra la democracia y no las escuelas.

Anónimo dijo...

POR UN PAIS LAICO....

Anónimo dijo...

Hombre, yo creo que es prioritario acabar con el adoctrinamiento a que somenten a los niños en las "Ikastolas" de Las Vascongadas.

Por otra parte, si dejan de aportar dinero a la Iglesia Católica, sería bueno que dejaran de financiar también a sindicatos o partidos políticos.

A mí me representa más la Iglesia Católica que los sindicatos o que Z (antes denominado ZP).

Como este mensaje será censurado, lo publicaré también en Orcera Opina.

Anónimo dijo...

Que cada uno pague de su bolsillo la "educación" religiosa, y se imparta fuera de los colegios públicos.
¿Para qué están las parroquias?

Anónimo dijo...

¡Que FACHA es este Ventilador!

Anónimo dijo...

Vaya paranoia que tiene el aparato este con que no le publican las cosas.La fe es una de las virtudes de quien dice que le representa mejor. Y si ciertamente le representa mejor, pues que los vote en las próximas elecciones y ya está. En conciencia le sería dificil votar, pues en todos los partidos que se presentan hay personas de esa iglesia pero, claro, siempre le queda el recurso de seguir las instrucciones del nacional-catolicismo que, según parece por sus comentarios, si le representa. Por cierto, en los tiempos en que el nacinal-catolicismo campaba a sus anchas por este pais, no se permitían los partidos democráticos ni los sindicatos de los trabajadores y trabajadoras y no sólo no publicaban opiniones en los medios de comunicación, sino que mandaban a la carcel y fusilaban a quien lo intentaba. ¿ No será esto lo que añora este aparato ?