domingo, 16 de noviembre de 2008

IU, Izquierda Unida, I


En contraposición de la dinámica  de ilusión despertada por Obama, (no ocurre así en IU),  y recogida con brevedad en los anteriores artículos, vamos a ocuparnos ahora  de la solución que sean capaces de dar a la antigua y negativa pelea que vienen sosteniendo los distintos grupos que conforman la coalición política IU, en un momento, en que este fin de semana, van a celebrar la X asamblea, en donde han de renovar sus dirigentes y sus programas.

 

 Iniciamos con algunas de las opiniones de Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba y militante destacada de IU, emitidas en el diario Público.es.

 

ENTREVISTA A ROSA AGUILAR.

"IU vive demasiado acomplejada en su relación con el PSOE"

Rosa Aguilar está dispuesta "a asumir tareas de dirección, a arrimar el hombro" si la asamblea hace de IU un proyecto de renovación, pero asegura que bajo ninguna circunstancia aceptará ser la coordinadora general

Rosa Aguilar cree que el PCE debe ser un "pilar en la solución de IU, no el problema". La alcaldesa de Córdoba, ayer martes, en el hotel Meliá Princesa de Madrid. 

Casi es inevitable pensarlo cuando uno la tiene delante. Pensar en que por ella, por Rosa Aguilar (Córdoba, 1957), transita el futuro de Izquierda Unida. Para antes o después. Ella es la única regidora de una capital que sobrevive en la federación, la que alza la mano para hablar distinto, la que recibió en 2007 un aval ciudadano del 35,7%, la dirigente a la que todos miraron tras el 9-M. Pero ella se quitó de en medio. No sería la sucesora de Gaspar Llamazares. No quiere serlo.

Y, sin embargo, está ahí. En contacto constante con su familia, los gasparistas, y las rivales, el PCE y Nacional II, para sacar a IU de la crisis. Estos dos días se ha encerrado en Madrid en reuniones internas. El tiempo se agota. Quedan 48 horas para la IX Asamblea Federal. La decisiva.

Empezaría por lo ontológico: ¿qué fue, qué es, qué debe ser IU? Qué hacer, como dijo Lenin en 1901.

Fuimos una esperanza cierta, un referente para la izquierda, una fuerza innovadora, de la que se esperaban soluciones, proyectos, que recibía la fuerza de la tradición histórica, de la Transición, del papel del PCE.

Y ahora no lo es ni lo será, cree.

Hoy IU desgraciadamente se mira demasiado a sí misma y pierde demasiadas oportunidades para gritar a los ciudadanos que nos importan sus problemas, que somos útiles. 

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