lunes, 26 de noviembre de 2007

CIUDADANOS DE ORCERA – II



A SUFRIR LA DEMOCRACIA

La democracia proviene del antiguo griego, siglo V adC. Se compone de dos vocablos demo-cracia, cuyo significado es “gobierno del pueblo”. En sentido amplio, democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica preponderante es que el poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad general.

En sentido estricto la democracia es un sistema político, de organización del Estado, en el cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad al representante. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que todos sus habitantes son libres e iguales ante la Ley y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.

Como hemos señalado al principio del artículo CIUDADANOS DE ORCERA-I, este es el menos malo de los sistemas políticos, adoptados por los seres humanos, como forma de convivencia social y política.

Señalamos y añadimos menos malo, porque este es también imperfecto. Es posible que solo exista la perfección en la divinidad, a nosotros, el soplo divino parece ser que nos llega poco y mal, ya lo señalaba Ortega y Gasset al definirnos como pertenecientes al reino animal: “Solo a través de la cultura, conseguirá el hombre sujetar y dominar ese orangután que todos llevamos encima”. Esto nos impide en muchas ocasiones, hacer las cosas acercándonos a la perfección, y por consiguiente, hemos de convenir que toda obra humana, esta basada en nuestra propia imperfección. Venimos del barro.

Aun así, sigue siendo el menos malo de los sistemas. El sistema político democrático de organización del Estado: Nos hace más libres, cuenta con la voluntad general cuando elegimos a nuestros representantes, legitima a estos con nuestra participación, todos somos libres e iguales ante la ley, y en nuestras relaciones sociales se establecen unos mecanismos contractuales.

Amen de estos mecanismos legales contractuales, es un hecho cierto y de todos sabido, que existen otros mecanismos, que deben presidir nuestras actividades privadas, y sobre todo las públicas para las que hayamos sido elegidos, como son: Las contractuales de la oferta electoral, la verdad, la ética y la moral.

De estas escribiremos en el próximo.

EL ANALISTA.

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