sábado, 10 de noviembre de 2007

OTRA PUNTADA, PRIMER ERROR




Vamos a seguir hilvanando el traje haber si en navidad, puede estar cosido. Para ello, con todo tacto y mesura; Pero con sinceridad y llamando a las cosas por su nombre, como expresa el comentario que puede leerse en un blog y, con permiso de su autor colocamos a continuación:
EL NOMBRE DE LAS COSAS
Recuperar de nuevo los nombres de las cosas, llamarle pan al pan, y vino llamarle al vino, al sobaco, sobaco miserable al destino, y al que mata llamarle de una vez asesino.
Nos lo robaron todo las palabras y el sexo, los nombres entrañables del amor y los cuerpos, la gloria de estar vivos la critica, la historia, pero no consiguieron robarnos la memoria.
Ellos también tienen, cuerpos bajo la ropa, piernas, uñas, sudor, vientre, mocos, colmillos, manos que no acarician, dedos que no se tocan, solo saben firmar, y apretar el gatillo, nosotros que queríamos vivir sencillamente, hermanos de la lluvia, del mar de los amigos, pronunciar las palabras que vencen a la muerte.
Le decíamos en el articulo, DON. JUAN PEDRO:
Por sus años y su profesión, queda demostrado que la política no le atrajo nunca, pues de haber sido así, en anteriores elecciones ya hubiera podido participar, al igual que en este momento que su situación personal lo permitía con todo derecho. No sintió ese atractivo por si, sino que fue presionado, empujado y arrastrado a ella. No importan las razones. Primer error.
Hoy se lo vamos a razonar: Si nunca estuvo interesado en la política, ¿Por qué acepto?
Pues sencillamente, por lo que aceptamos todos a veces los compromisos: Por no pensarlos y estudiarlos lo suficiente, dejándose llevar por el ánimo que le transmitieron aquellos, que cuando llega un momento de estos, son los primeros que desaparecen. No están, no saben, no contestan y no se le ve por ningún sitio. Salvo los propios, los verdaderos, los de casa. Esos no fallan nunca. Menos mal que eso es así y además nos ocurra a todos.
Estamos convencidos profundamente, que incluso lo hizo con ilusión; Pero sobre todo, porque le hicieron creer que usted podía ser la “solución”, a los problemas públicos que los demás consideraban que existían en su pueblo y, sabiéndose preparado y responsable, entendió que debía de intentarlo, como un penúltimo servicio al pueblo que le vio nacer. Su pueblo.
No nos cansaremos de repetir, que la función pública en estos pueblos pequeños, es muy complicada y farragosa, mucho más, cuando se es cabeza de cartel. Supone asumir todas las responsabilidades, para lo bueno y para lo malo.
No calculó bien, los positivo y lo negativo de esta aventura a sus años. No creemos que sean los idóneos para estos retos. Comentarios en este tenor le llegaron en su momento: Pero hombre Juan Pedro, como te metes tu en estos berenjenales a estas alturas, con lo bien que tu estas visto en el pueblo y lo respetado que has sido siempre. Esto lo único que te puede traer es todo lo contrario. Más o menos, comprenderá que lo transmitido de palabra, tiene difícil literalidad. En el casino y, residente en Madrid.
Le costó mucho hacer la lista, usted mismo lo ha expresado. No acudieron, no estaban los que tenían que estar y, no debían de estar, algunos de los que estuvieron.

Alguna persona con carrera, inmadura y ávida de protagonismo, algunos chiquillos más, y que más quiere que le diga. Tengo que decirle algo más que usted no supiera ya en aquel momento. Vaya equipo. Así van las cosas.
No queremos ya hablar de la campaña, de cómo se hizo, de lo que se dijo, como se actuó, nos introduciría en un pantano cenagoso, y no aportaría nada al análisis de este primer error. Si es necesario, en el futuro, de momento creemos que es suficiente.
Dios mediante en futuros días, seguiremos desgranando el segundo y tercero de esta serie, que provienen del artículo: DON. JUAN PEDRO.



CRONISTA: EL ANALISTA.

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