jueves, 27 de diciembre de 2007

CONCEJALA PREPOTENTE


Hay quien cree que la vida es sueño, como escribiera Calderón de la Barca. A continuación cuando la vivimos en el día a día, nos damos cuenta que la vida es dura.

Otros piensan que la vida es de ellos, cuando todos tenemos la nuestra, y además el derecho a que sea respetada.

Algunos entienden que, cuando se conforma una mayoría municipal por pacto PP+IU como en Orcera, el ayuntamiento es suyo, cuando los que son relegados a la oposición también tienen parte, con los derechos que les confieren las leyes para participar en la vida municipal, en el ejercicio de su función como concejales electos.

Algún concejal/a, como es el caso de Alicia Fernandez, ha llegado a creer que todo el personal que trabaja para el Ayuntamiento, es de libre disposición y está a su servicio. Nada más distante de la realidad objetiva. Todos tenemos unos derechos que deben ser respetados, según el artículo 14 de la Constitución Española. Verbigracia sospechosa, que la señalada concejal con su licenciatura, no haya extraído la sustancia que indica con tanta claridad el citado precepto.

¿Por qué se comporta como una dictadora? En el fondo es un concejal débil que se refugia en la brutalidad para enmascarar sus propias debilidades, su egoísmo morboso, su orgullo desmedido pero sin fundamentos. Conducido más por sus pasiones que por sus ideas, el concejal se comporta en el ejercicio de su acción, devorada por los celos. Celosa, sobre todo, de quienes le elevaron en el poder.

“En términos generales, el dictador (o aspirante a serlo) teme el orgullo de quienes lo combaten y solo ama a quienes puede despreciar. El dictador (o el aspirante a serlo) Ambiciona poder, corromper, humillar, envilecer y esclavizar a un pueblo en nombre de... escoja usted, lector, las máscaras retóricas que más le convengan a quienes aspiran al poder autoritario en nuestros días, en nuestros países, EN NUESTROS PUEBLOS. A veces, escudados en la legitimidad electoral, en realidad disfrazan su violencia autoritaria.”

“Los dictadores nunca pretenden, una vez usada la democracia, ser unos demócratas.”

“Su ideal es usar las instituciones democráticas en provecho propio”.

Queremos estudiar las maneras como hemos tratado de asimilar, olvidar o reformar “El más espantoso evento de nuestro tiempo”, ocurrido en Orcera en periodo democrático:

La dictadura implantada en el Ayuntamiento.

En estos seis meses, las relaciones con estos representantes de la mayoría no han sido fáciles. Si no nos hacemos respetar, los políticos tan expansivos y prepotentes, nos comerán con patatas fritas.

Hay que celebrar, pues, que el ciudadano fuerte acepte la derrota pero hay que tomar con un granito de sal su sinceridad y fortalecer a la democracia ganando terrenos de libertad no cediéndole espacios al jefe máximo, y demostrando que, al final de cuentas, el emperador está desnudo y sólo nosotros (los ciudadanos) podemos prestarle la ropa.

DR. TRANCA.

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