La revolución cultural en Orcera está siendo un éxito sin precedentes, auspiciada por la cultura de pela, ese conocido dicho que tan bien identifica a los catalanes por su debilidad por los dineros: “La pela es la pela”.
No se tiene conocimiento de situación semejante en todo el territorio nacional, en el tiempo democrático conocido por los que estamos en pie.
Toda la ciudadanía pendiente del rumor diario, deseosos en amplísima mayoría de que alguien de el carpetazo a la provocativa y angustiosa película de suspense.
Siendo esto lo más grave, no lo es todo, sino que la solución existe y nadie toma el toro por los cuernos. Además parece que no se tiene la visión exacta que estos de la “pela”, no se les hecha de sus prebendas con amoríos de ningún tipo, sino a “palo” y tente tieso, o en cualquier caso como bien expresa la viñeta, con aceite irviendo; Pero del malo de girasol, baratito, que además es lo que merecen a raíz del “O” que han sacado en el examen.
Los tres de la “pela” representados por el tonto, perdón para no ofenderle mucho, “el torpe”, se lo deben estar pasando bomba con la diversión que supone el manejo del poder democrático que dan los votos de los ciudadanos, estando estos deseando que se larguen con viento fresco. Que divertidos.
Otros también se divierten, celebran sus reuniones de posible consenso sobre la crisis, en La Bolea, subidos en la furgoneta ilegal con los hierros detrás: ¿Quién es el de los hierros y que pinta en este entuerto? ¿A quién representa? ¿Quién es este personaje para incidir con plenitud en lo que afecta a todo un pueblo? Que fuerte. Y quién le acompañaba, debería tener en cuenta de una vez por todas que los personajes políticos salidos de las cavernas, solo merecen ahogarlos subliminalmente para que vuelvan a la oscuridad del olvido. Ese es su sitio y no otro.
Existe una vieja canción sudamericana que habla de la revolución cubana: “Llegó el comandante y mandó parar”, “y se acabo la diversión”. Alguien debe de aplicar estas dos frases en Orcera, si quiere dar claridad a esta situación más negra que el carbón de las minas. Lo demás serán paños calientes que no sirven para nada.
EL ANALISTA.
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